- El seguro del coche es uno de los gastos fijos anuales que conlleva ser propietario de un vehículo.
- Es un producto obligatorio, aunque la verdad es que las coberturas mínimas obligatorias no son demasiadas.
- Conducir sin seguro del coche es motivo de sanción, y además si no tenemos un seguro y sufrimos una colisión, atropellamos a alguien o nuestro coche arde, estamos aviados, ¿verdad?
Antes de contratar un seguro de coche, lo más aconsejable es comparar entre cuantos más seguros sea posible, mejor. Con ese esfuerzo inicial ganaremos dos cosas: estar al día en cuanto a las ofertas y las coberturas de cada seguro, y además conseguir encontrar el seguro que mejor se adapte a nuestras necesidades. A continuación veremos las siete claves para elegir un buen seguro para el coche.
Qué coberturas necesito
Es fundamental saber qué queremos contratar. Aparte de las coberturas obligatorias, que suelen ser Responsabilidad Civil Obligatoria, Seguro del conductor, Asistencia jurídica y Lunas, existe un gran abanico de posibilidades a la hora de suscribir coberturas, que irán aumentando el precio total del seguro. Dependiendo de nuestras necesidades y nuestra percepción del riesgo podemos suscribir coberturas por robo o por incendio, Asistencia en viaje, Vehículo de sustitución, Retirada del carnet, o bien un Todo Riesgo.
Evidentemente, si no vivimos en una zona conflictiva y no somos unos irresponsables al volante, hay coberturas que podemos evitar y así abaratamos el seguro. Es ya una decisión de cada uno, pero conviene estudiarlo bien.
¿A terceros o a todo riesgo?
Hay quien dice que cuando un coche es nuevo (durante los tres primeros años, aproximadamente, desde la compra del coche) es mejor contratar un todo riesgo, y luego un seguro a terceros. Esto es cierto si dentro del período de los tres primeros años «le vamos a sacar partido» al seguro a todo riesgo.
Es decir, en un seguro así, probablemente tengamos una cláusula por la que recuperaremos gran parte del valor del coche en caso de siniestro total. A partir del tercer al quinto año, ese valor que recuperaremos será sensiblemente menor.
De todos modos hay que decir que la letra pequeña de los seguros a todo riesgo también es simpática, y hemos de ver muy concienzudamente las coberturas exactas de ese todo riesgo que, a lo mejor, es simplemente un terceros «con esteroides».
En la mayor parte de los casos el seguro a terceros es más que suficiente, y es, además, mucho más barato.
¿Con franquicia o sin franquicia?
Un seguro a todo riesgo con franquicia es más barato que uno sin franquicia, solo que en caso de reparación la costearemos nosotros en parte, o íntegramente.
Esto compensa (y así dicho suena bastante mal) en caso de que suframos un siniestro total y obtengamos un valor bastante alto del coche.
Evidentemente, a nadie le apetece tener un siniestro, así que en muchos casos volvemos a lo de antes: mejor un terceros y prudencia al conducir que pagar más dinero por un potencial accidente que nadie quiere.
El perfil del conductor
Si somos conductores jóvenes, menores de 25 años, tendremos un plus a la hora de pagar las primas, simplemente por la accidentalidad de los conductores en esta franja de edad. Es decir, la estadística aquí hace que paguen justos por pecadores, pero a las compañías de seguros les interesa precisamente eso, la estadística.
En cuanto Solvencia II entre en vigor, estas restricciones de la estadística puede que sean más benévolas para el conductor.
El kilometraje anual
Si hacemos muy pocos kilómetros al año tendremos más papeletas para tener una prima baja que alguien que haga muchos kilómetros anuales. De nuevo, la estadística y la probabilidad entran en juego y dicen que, a mayor número de kilómetros anuales, más probabilidades hay de tener un percance.
Esto es muy injusto según para qué conductor, puesto que se puede argumentar que a mayor número de kilómetros anuales, mayor preparación del conductor, y que cuantos menos kilómetros se hagan más probable es provocar un incidente. En realidad, aquí solo sirve la probabilidad y es una pena.
Con vehículo de sustitución o no
¿Dependes del coche para ir a trabajar? ¿Eres un profesional del volante? Puede que necesites un vehículo de sustitución, o que simplemente te compense pagar un sobrecoste para evitar la indisponibilidad de tu coche.
Es decir, hay personas a las que no disponer de coche un solo día les puede costar muy caro, más caro que pagar la cobertura extra del coche de sustitución.
Hay que pensar una cosa, si ese extra se rentabiliza con una sola avería que te pueda dejar tirado 24 horas, entonces compensa. Si puedes vivir sin ello, no contrates esta cobertura.
¿Voy a conducir fuera de las vías públicas?
A veces es bueno divertirse… bien cubiertos
¿Eres un amante de «hacer unos tramos» con tu SUV? Examina bien tu póliza para ver si cubre estas salidas camperas de domingo (no me gusta llamarlas domingueras), y si en realidad tampoco es para tanto y no se te ocurre meter el coche por ahí, quítala de tu seguro.
Eso sí, has de saber que si sales sin cobertura y metes tu coche en un hoyo en medio de la nada, te va a costar un pico.
Fuente: Motorpasion