¿Qué es eso de Bonus-Malus?
Bastantes compañías han introducido el sistema bonus-malus, cuyo fundamento es muy sencillo: premiar a los buenos (los conductores que no dan partes) con descuentos que llegan hasta el 55%, y penalizar a los malos, con incrementos de prima que llegan al 300%. En la práctica, cada aseguradora aplica el sistema de una forma.
En un principio, se comenzó aplicando bonificaciones a los buenos conductores, pero rápidamente empezaron también a incluir penalizaciones para los que daban partes y ocasionaban gastos. Todavía hay algunas compañías que solo tienen bonus (descuentos) y no malus, pero si la siniestralidad llega a ser alta, optarán por no renovar la póliza.
¿Y cómo van las penalizaciones o Malus?
Respecto a los partes que se contabilizan para perder la bonificación o tener penalizaciones, hay mucha variedad entre unas pólizas y otras. Algunas aseguradoras contabilizan todos los partes en que no hay un tercero responsable identificado (incluídas todas las coberturas que se tengan: asistencia en viaje, todo riesgo, etc.). Muchas compañías, sin embargo, siguen un criterio más razonable y excluyen los partes debidos a robo, asistencia en viaje, protección jurídica y ocupantes. En buena lógica, el uso del seguro en estas coberturas no depende de que uno sea mejor o peor conductor, y por eso, en estas aseguradoras se contabilizan solo los partes de accidentes relacionados con las coberturas de responsabilidad civil (obligatoria y voluntaria) y en el seguro a todo riesgo.
¿Todas las compañías funcionan igual?
Hay aseguradoras que afinan un poco más y mantienen niveles de bonus-malus por separado para las coberturas de responsabilidad civil y daños propios. Esto quiere decir que si un conductor ha dado dos partes por daños propios por unos arañazos en la pintura, se verá perjudicado en el bonus del todo riesgo, pero la prima de responsabilidad civil quedará intacta.
Este último sistema resulta más justo, pero complica el seguimiento del coste de la póliza. Para poder comprobar si se ha aplicado bien la bonificación es necesario que en el recibo aparezcan las primas de ambas coberturas por separado.
Además del número de partes, hay compañías que tienen en cuenta el coste de los mismos: nos es igual tener dos partes de 180 euros que uno de 3000 euros. Este cómputo también es más justo, pero, desgraciadamente, son pocas las aseguradoras que lo usan. En concreto, algunas incluso permiten seguir disfrutando de la bonificación si el siniestro no supera la prima de una anualidad.
Para hacer el seguimiento de las bonificaciones que concede una póliza hay que saber sobre qué coberturas las aplican. Así, una póliza que bonifica al cabo de un año un 10% sobre el seguro a terceros y todo riesgo, se traduce en un descuento algo menor (un 8%, por ejemplo), porque hay coberturas que no tienen bonificación. Todas estas distinciones en los sistemas bonus-malus provocan unas diferencias enormes en el importe que desembolsa el consumidor al cabo de dos o tres años.
Fuente: OCU Seguros