- Los errores a la hora de contratar un préstamo, sí o sí, nos competen a la inmensa mayoría de personas, ya que a veces tenemos que acabar recurriendo a créditos al consumo para acometer un proyecto.
- La misma compra de una vivienda es una clara muestra de operación económica para la que necesitamos recurrir a financiación externa, aunque no la única.
- Por ejemplo, hacer frente a los gastos de un grado universitario o afrontar el elevado desembolso de celebraciones tan clásicas en estas fechas como bodas, bautizos o primeras comuniones también nos suele exigir una ayuda financiera.
No obstante, no siempre elegimos el préstamo que realmente nos conviene y, además, a la hora de contratarlo podemos acabar con pagando más si no controlamos aspectos básicos para no cometer los tres errores a la hora de contratar un préstamo que citamos a continuación:
La carencia de los créditos es un arma de doble filo
Cuando buscamos financiación, una de las cuestiones que más nos suele preocupar es la flexibilidad en los pagos que nos ofrezca la entidad. Conseguir una cuota acorde a nuestros ingresos suele ser una de los aspectos que más nos puede influir y los bancos lo saben.
Por eso, suelen introducir en este momento de la negociación la figura de la carencia (no siempre la anuncian explícitamente), con la cual podemos no pagar nuestras cuotas o parte de las mismas durante un periodo concreto de tiempo.
Las entidades la ofrecen como una facilidad que ofrecen al cliente y no deja de ser así, ya que si tenemos una época en la que se nos acumulan los gastos, puede venirnos genial. Sin embargo, la ejecución de una carencia tiene un coste que muchas veces desconocemos, ya que al aplicarla el plazo se alarga y los intereses a pagar serán mayores.
Por lo tanto, debemos ser cautos antes de contratar cualquier oferta financiera que nos ofrezca la posibilidad de no pagar durante cierto tiempo.
Escoger un plazo acorde a lo que realmente necesitamos
A su vez, siguiendo con la línea de la importancia que tiene la flexibilidad en el pago en los préstamos personales, escoger un plazo acorde a nuestro perfil financiero es fundamental para no pagar de más.
Como comentábamos en el punto anterior, cuanto mayor sea el plazo, más intereses acabaremos pagando, a pesar de que la cuota sea más pequeña.
No obstante, tampoco debemos quedarnos cortos, ya sea un préstamo bancario convencional o uno de los muchos créditos rápidos que ahora copan el mercado, ya que si el plazo vence y no podemos pagar tendremos que hacer frente a los intereses de demora o a otras penalizaciones como la comisión por reclamación de posición deudora.
En el caso de los recientes créditos rápidos de bajo importe, en los cuales el pago se suele realizar en una sola cuota al vencimiento, muchos prestamistas brindan la oportunidad de contratar prórrogas de plazo que nos evitarán penalizaciones por impago.
Cuidado con la vinculación de los créditos personales
El tercero de los errores a la hora de contratar un préstamo que debemos controlar es el de la vinculación que conllevan algunos préstamos personales bancarios. Las entidades suelen ofrecernos una rebaja en el tipo de interés a cambio de contratar otros productos con ellas como son tarjetas de crédito o seguros, los cuales pueden venirnos muy bien para otro tipo de operaciones financieras.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que estos productos vinculados al crédito pueden tener cargos adicionales o condiciones que hagan que paguemos más por nuestra financiación.
Contratar una tarjeta de crédito que nos exija un consumo mínimo y que tenga intereses o tener que meter dinero en un plan de pensiones, son dos claros ejemplos de productos vinculados que nos conllevarán un coste adicional.
A modo de conclusión, lo que debemos hacer es sopesar si estos aspectos nos convienen, puesto que en algunos casos sí pueden resultarnos asequibles e interesantes. No obstante, lo que es primordial es que conozcamos realmente lo que significan y lo que conllevan estos tres errores a la hora de contratar un préstamo.
